jueves, 8 de diciembre de 2011

De las certezas


(1994)
Orquídea Fong

No se sabe si existe algo más
que este juntar la carne con la angustia
y caer repetidamente
hablar siempre de silencios,
de noches clausuradas.

No se sabe
si existe algo más de lo que duele
si después de la llana soledad hay un remanso.

Si hay escapatoria del tiempo desnudo.

Si podré desgarrar mis ojos de los otros,
salvar el grito abismal,
el rugir de tierra, los rizos líquidos,
las manos largas.

Si se podrán guardar los tactos,
las escasas serenidades,
los vientos invernales en jirones
la piel de espanto del amante.

Sucede que se acerca el ansia de la muerte,
aproxima sus alientos,
su fácil redención,
la insistente llamada que dice:
esta es la calidez
que buscaste en todas partes,
esta es la tierra,
aquí finalmente escucharás el reventar de árboles.
Lloverá sobre tu ausencia de piel
lluvia espesa y lenta.
Lenta como respiración
como huerto de vides y aguacates.

Ciertamente, sería un consuelo la demencia,
llamar invenciones a mis llagas,
invención también el cuerpo lacerado.

Ha sido largo el tiempo,
escasas las certezas,

nada se sabe,
además de lo que duele.

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