viernes, 17 de febrero de 2012

Internet y la cancelación de la distancia




por Orquídea Fong
Hace muchos años, en 1995, se celebraron en el mundo los 100 años de la invención de la radio. El gobierno italiano conmemoró a nivel mundial esta fecha y honró al inventor Guglielmo Marconi, quien desarrolló la técnica de la transmisión inalámbrica de señales en código morse. Este desarrollo sirvió de base para la posterior invención de la técnica de transmisión inalámbrica de sonido, que dio pie a la creación de la actividad comunicativa conocida como radiodifusión.
En ese año, quien esto escribe adaptó para radio una novela sobre la vida de Marconi, a petición de la embajada italiana y de Radio UNAM. Hicimos doce capítulos y el nombre de la pequeña radionovela era: “Marconi, el hombre que hizo de este mundo un lugar pequeño”.
A los pocos años de ese evento, en 1999, asisto, con asombro, a la divulgación paulatina de la tecnología que cancela toda distancia, que pone al planeta entero aquí, en el lugar donde me encuentre: internet.
Al conocer internet, abrir mi primera cuenta de correo electrónico y empezar a navegar sin más límite que el tiempo disponible, recordé el lema de mi radionovela. El haberla escrito no me ayudó demasiado a entender el grado de asombro y cambio de esquemas que seguramente vivieron quienes vieron surgir la telegrafía, la telefonía y la radio, inventos todos más o menos contemporáneos.
Pero lo comprendí después, al vivir lo que no me esperaba: una verdadera revolución similar a la que originó Marconi. Un cambio completo en la forma de comunicarse, conceptuar el mundo y definir el cerca y el lejos. La revolución no fue inmediata, de la misma manera que no lo fue la que originó la transmisión inalámbrica. La tecnología tuvo que permear gradualmente en los hábitos de la población.
En sus primeros tiempos, la radiodifusión era una rareza. La gente en los pueblos se congregaba ante un único aparato de radio. Actualmente, lo sabemos, cualquiera tiene varios aparatos de radio, de tan baratos que son. Internet comenzó también como algo que solo unos pocos usaban y entendían.
Fueron varios años para que el Internet se convirtiera en parte inseparable de las vidas de todos. Ahora, mucha gente no puede imaginarse sin la red, ya que por medio de ella trabaja, se divierte, se mantiene informado y hace vida social
Además de poseer la inmediatez y ubicuidad de la radio, Internet tiene lo que soñaban algunos estudiosos de la comunicación en décadas pasadas: la absoluta posibilidad de feedback, de interacción con el receptor. De hecho, Internet es un medio único en la historia, ya que ahora se conforma, en un porcentaje imposible de determinar, por los aportes de los “lectores”. De hecho, ya no es posible separar la línea entre emisor y receptor. Internet es el medio de todos conformado por todos, de la ubicuidad absoluta, de la horizontalidad total, de la inmediatez completa y de todos los soportes: imagen fija, texto, imagen en movimiento, sonido.
Es además, un medio barato, que deja a cualquiera convertirse en emisor, en fuente del mensaje, que permite comunicarse en tiempo real, de ida y vuelta, y que contiene a los otros medios que le antecedieron. Internet es radio, cine, prensa escrita, televisión, teléfono, además de tertulia, fiesta, álbum de fotos, y centro de reunión. Escapa, con mayor fortuna que cualquier otro medio de comunicación, al control político y a la censura. Es, como lo definió el destacado periodista Álvaro Delgado, “el medio indomable”. Y así debe seguir.
Internet, de forma similar a lo que hizo la radio en su tiempo, ha cancelado la distancia, pero no sólo ha hecho del mundo un lugar pequeño: se lo ha metido en el bolsillo y lo lleva a todas partes.

*Texto originalmente publicado en Revista KYA.

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