sábado, 23 de julio de 2011

El porqué de Revista Bamboo

Durante un año y dos meses, Maribell Carreño y yo  hemos estado publicando la Revista Bamboo, Mirando a Oriente, en redes sociales y kioscos electrónicos. Tenemos un público pequeño, pero consistente y nos ha ido bien por el lado de la aceptación y el respeto de quienes nos leen.

Es para mí el proyecto más querido y hasta ahora, mi mejor realización, en la que cada número aprendo, me topo con mis incapacidades y miedos y sobre todo, exploro las raíces de mi identidad personal y aclaro mi trayectoria de vida, porque, como todos saben, tengo ascendencia china y de forma inevitable, esa ascendencia ha determinado quién soy  y cómo me concibo.

Identidad
La noción de identidad es motivo de estudio de la antropología y no sé absolutamente nada de tal ciencia. Solo sé que se llama identidad al grupo de conceptos que una persona tiene de sí misma a nivel individual o como perteneciente a un grupo. Asimismo, un grupo tiene una identidad basada en elementos materiales y de costumbres que no tienen ninguna permanencia fija, sino que van variando con el tiempo.

La gente, por ejemplo, puede construir una identidad a partir de vivir en cierto barrio, pero si se muda, tendrá que incorporar ese cambio a la noción de sí. La identidad se agarra de lo que sea, para decirlo más claro, con tal de que el individuo o el grupo tengan la posibilidad de sentirse únicos, especiales, diferentes, mejores. Es una necesidad humana.

Así, yo, crecí escuchando desde siempre la pregunta "¿eres china?", o bien "¿por qué tienes los ojitos así, como jaladitos?"...Tal insistencia, los coros de los niños cantándome a gritos "chinita japonesa, chinita japonesa", obviamente me llevaron a preguntarle a mis padres qué pasaba.

Don Luis Fong
Mi papá tuvo conmigo muchas pláticas acerca de mi abuelo chino. Cómo llegó de China en barco, como parte del personal a bordo. Cómo vivió en México, dueño de un café en la calle de Bucareli y de un restaurante de lujo dentro del viejo Hipódromo de las Américas. De dos dulcerías en sendos cines. De que era tesorero del Casino Chino, ubicado en los años 50 y 60 en la calle de Dolores. De que era masón, miembro de la Logia China en México.  De cómo a su muerte, ocurrida en 1965, todos los negocios se perdieron. De la otra esposa de mi abuelo, que se quedó para siempre en China, y los medios hermanos de mi papá, uno de ellos residente en San Francisco.De los chinos que siempre tenían hospedados en su casa, durmiendo en la alfombra, el sillón.


Esas historias poblaron mi imaginación infantil  y fueron motivo de largas conversaciones. Yo quería saberlo todo acerca de Luis Fong, que, como supe pronto,no se llamaba realmente Luis. Su nombre real era Luy Fong Sing, siendo el apellido Luy y el nombre personal Fong Sing. De que, como muchos chinos, al ingresar a México, fue nombrado al gusto y capricho del personal de inmigración. Así, al escuchar que el nombre era Luy Fong Sing, de forma fácil y rápida determinaron llamarlo Luis Fong Sing y asunto arreglado.

Tal cambio no le angustió a mi abuelo ni mucho ni poco. Lo que él quería era entrar en México. Y aquí se quedó. Fue, como muchos, un campesino cantonés pobre que vino a buscar fortuna. Hablaba cantonés y escribía en chino y por él mismo, aprendió a hablar y escribir español, francés e inglés. Trabajaba excesivamente, comía mucho y dormía muy poco. No bebía y me parece que fumaba. Era un padre dulce y cariñoso, que tendía, por supuesto, a favorecer a sus hijos varones. Le gustaba mucho ir a Oaxtepec de vacaciones y quería importarle a mi papá una esposa china (mandó pedir fotografías de muchachas casaderas de su pueblo). Se opuso tajantemente a que mi papá se hiciera militar, ya que no le parecía de hombres buenos. No le enseñó el idioma chino a ninguno de sus seis hijos mexicanos, ya que, como todos sus paisanos, quería que sus hijos se integraran al país.Estaba absolutamente orgulloso de mi papá, su hijo mayor, a quien en chino nombró Kok Key, "fundador".

Sabía un poquito de Kung Fu (Kung Fu de rancho, le decía él) , cocinaba muy bien, sabía hacer pan, era muy bueno para los negocios  y era un jugador de  machok (mahjong) empedernido.  Sin embargo, afortunadamente, nunca perdió en las apuestas un café o  un restaurante. Falleció de un infarto, un 20 de octubre. Quedó tendido en la Calle de Dolores, el llamado Barrio Chino de la Ciudad de México, casi de 80 años de edad. Está sepultado en el Panteón Español.

Analizar el origen
Para mí, integrar todo esto fue una labor importante. No me podía desentender de aclararlo por dos razones: mi apellido, que causaba curiosidad y preguntas y mis rasgos, que causaban curiosidad, preguntas y cotorreos. Yo la tuve más sencilla que mi papá, que en su infancia  y juventud sufrió verdaderas agresiones por sus rasgos.

Muchos chinos, que vivieron el clima antichino que existía en México en la primera mitad del siglo XX, optaron por replegarse y hacerse poco visibles. Me cuenta mi papá que un cajero del restaurante del hipódromo usaba lentes oscuros día y  noche, para ocultar sus ojos. En mi papá, ,  la reacción a haber vivido la discriminación y la burla fue contraria: se hizo furibundamente antimexicano y decidió identificarse al máximo con su raíz china. Ahora, está reconciliado con sus dos raíces.

Por sí mismo estudió el idioma, estrechó lazos con todos los jóvenes hijos de chinos contemporáneos suyos y con ellos  fundó un club de Danza del León y cultura china. Se acercaron a la Embajada de Taiwán en México, recibieron clases de danza china por parte de profesores taiwaneses, se juntaron a cocinar comida china, y pronto surgió la siguiente idea: una revista, Chun Kuo.

Chun Kuo (el nombre de China en chino) es, en mi linaje personal, la revista antecesora de Bamboo. Fue una revista hecha para comunicarse con las comunidades chinas de todo el país. Pronto, estaban en contacto por correo postal (estoy hablando de 1967 más o menos) con hijos de chinos de Mazatlán, Chiapas, Mexicali, Sonora, Tampico, Tamaulipas y más. Jóvenes que, como él, querían rescatar la cultura china que sus padres, con la mejor de las intenciones (y con señaladas excepciones), no habían querido transmitirles.

Sí, esta labor, junto con la de festejar públicamente el Año Nuevo Chino y otras fiestas, ayudaron a la generación de mi papá a reforzar su identidad, es decir, a sentirse bien con su origen, su apellido y sus rasgos, en lugar de sentirse relegados por una sociedad que gustaba de llamarlos con apodos humillantes y reforzar el estereotipo de que los chinos eran malignos, estúpidos, sucios y risibles.

Chun Kuo era una revista no profesional, es decir,nadie de los que la hicieron era periodista o escritor. Sin embargo, mi papá tiene gran talento para escribir y es un excelente fotógrafo. Además, todos los jóvenes contemporáneos suyos eran universitarios, a diferencia de los padres, todos comerciantes sin estudios. Era otra generación. La revista cumplió sus objetivos: crear conciencia de comunidad.

Yo nieta de chino, recibí una herencia emocional mucho mejor gracias al trabajo previo de la generación de mi papá para rescatar la autoimagen del chinomexicano. Yo creo que él no se lo planteó en su momento, pero en realidad fue un trabajo en contra de la discriminación.Cuando mi papá, con muchas otras personas, fundan en 1980 la Comunidad China de México A.C., los tiempos ya eran otros. Con este grupo llevamos ya los festivales de Año Nuevo a las calles del D.F, aparecimos en radio y televisión y logramos mayor respeto de la gente.

Dentro de la CChM, nuevamente, mi papá y otras personas (disculpen el personalismo, pero no tengo clara la historia, yo era muy niña) organizaron una publicación comunitaria, identitaria: La Gaceta de la Comunidad China de México, publicación esforzadísima, hecha casi artesanalmente, que lo mismo publicaba aforismos que recetas, que invitaciones a bautizos y días de campo. Joya de tal publicación lo fueron siempre los artículos del difunto Dr. en Filosofía Filimón Wing Shum, verdadero erudito

Muchos años después, en 1992, se hizo otra publicación, ya mucho más profesionalizada, en la que participé como reportera y articulista, llamada ORIGEN, dirigida por el Arq. Alfonso Chiu Hu.  Luego se le cambió el nombre a GEN YUAN.

Revista Bamboo
Con estos antecedentes, en el año 2007 nos llega la idea a Maribell y a mí de hacer una revista y barajeando ideas pronto decidimos hacer una revista sobre China. La idea es para mí absolutamente maravillosa, pero tengo claro que tengo que dejar de lado todo mi sentimentalismo y comportarme profesionalmente, ya que mi primer impulso emotivo es ser totalmente parcial y pro-China. No ha sido sencillo. Tengo con China, así, en abstracto, fuertes conexiones afectivas e irracionales y es difícil ser crítica, analítica y objetiva, pero lo tengo que ser y lo he cumplido.

La revista además, no sólo habla de esta nación, sino de otros países de Oriente. Son materia informativa y es obligado hablar de ellas, pero además, a nivel personal, me ha servido para equilibrar mi visión sobre el pasado. Y es que la gente de la generación de mi abuelo tenía profundos rencores hacia los japoneses y crecí en un ambiente de "nosotros no nos juntamos con japoneses", lo cual, por supuesto, es equivocado.

Bamboo pues, además de práctica de mi profesión, es expresión de lo que ha sido mi vida, mi linaje ancestral y una forma de reconstruir esa identidad, libre de rencores, objetiva, equilibrada y multifacética, con aspiraciones de universalidad y sobre todo, con la mira puesta en el futuro, como tiene que ser.

2 comentarios:

  1. Hola oye antes que nada felicidades por el blog ya que me parece muy padre e interesante. Yo actualmente realizo estudios sobre el Barrio Chino y curiosamente ando buscando algunos numeros de la Gaceta de la COmunidad China o de la revista Origen No se si haya alguna posibilidad de que me puedas informar como conseguirlos ya que he buscado en hemerotecas y no los encuentro o si tu cuentes con algunos ejemplares que me puedas prestar. De verdad t agradeceria mucho ti ayuda, te dejo mi email: mons347@hotmail.com

    Un saludo y gracias

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  2. Hola... me gustaria ponerme en contacto contigo yu historia es muy similar a la mia

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